CENJU

Resignificando la memoria en Solferino

Niña jugando en las jornadas “Somos Historias, Somos Solferino 2016”. (Fotografía: Steven Arango, integrante de Huellas de Vida)


El ambiente que se teje en la cotidianidad del barrio empieza desde muy temprano, con las personas saliendo a trabajar y los niños a los colegios, mientras que las pequeñas tiendas abren sus puertas para ofrecen sus productos entre arepas, frutas, verduras y olor a café. Pero la madrugada del viernes 28 de octubre de 2016 fue diferente, porque las esquinas se llenaron de color, relatos, música y festejos para celebrar los 40 años de fundación del barrio Solferino de Manizales en un evento construido en torno a la memoria y la tradición que convirtió las calles en un lugar de encuentro y participación para los niños, niñas, jóvenes, adultos y adultos mayores. 

El Centro de Estudios Avanzados en Niñez y Juventud (CENJU), del Cinde y la Universidad de Manizales, participó de estas jornadas con un taller realizado por el Programa Niños, Niñas y Jóvenes Constructores de Paz, llamado “Sintiendo nuestro territorio”, con el cual los jóvenes de los colegios de la Ciudadela del Norte trabajaron con los sentidos del tacto, el oído y el olfato, construyendo una suerte de paisaje sensorial que resignificó múltiples maneras de vivir en su barrio.

Uno de los potentes ejercicios de este taller consistió en escuchar los sonidos de ambulancias, música, llanto, risas y juegos de niños; Además de otros ruidos que lamentablemente también se han vuelto cotidianos como disparos y motos de policías persiguiendo a sicarios. Después de sentir estos paisajes sonoros se acercaron a una cartelera y expresaron lo que habían sentido. El resultado fue imprevisto y esperanzador. Así lo recordó con emoción Mónica Salazar, Formadora e Investigadora del Programa "Niños, Niñas y Jóvenes Constructores de Paz" del CENJU, quienes han venido desarrollando con los jóvenes de Solferino un trabajo constante en temas de participación política y ciudadana a partir del arte y la cultura: 

“Las sensaciones y experiencias que plasmaron me marcaron mucho porque al principio pensé que iban a expresar en sus palabras mucha violencia, pero fue todo lo contrario, la mayoría lo que expresó fue su deseo de querer paz, acompañado por mensajes como ‘mi barrio es de colores´ y ‘en mi barrio hay gente buena’. Eso demuestra que cada vez existe menos el discurso violento en ellos y que son generaciones que buscan la paz”.

Reconstrucción poética de la Memoria

Imágenes de la exposición “Padre, Hijo y Espíritu Armado” del periodista Álvaro Cardona, invitado a la charla con los jóvenes en el Centro Integral Social Comunitario (Cisco) de la Comuna Bosques del Norte.


En estos tiempos de construcción de paz la memoria ha sido representada en multitud de discursos como una consigna política, un acontecimiento ético y una construcción cultural. Pero realmente a qué nos referimos cuando hablamos de la memoria. La conferencia del Profesor del CENJU Jaime Pineda, Doctor en Ciencias Sociales Niñez y Juventud, indagó con espesor poético y rigor filosófico en el origen de esta palabra, que compartió con los jóvenes asistentes al Foro “Hablemos de Paz Somos Paz” realizado en el Centro Integral Social Comunitario (Cisco) de la Comuna Bosques del Norte.

“La memoria no es un espacio de almacenamiento de datos, ni es un lugar de figuras muertas. Ante esta reducción reproducida inconscientemente en la vida cotidiana, es preciso aventurarse a una reconstrucción de la palabra en cuestión, en su origen mítico poético para conversar sobre los usos que de ella hacemos. Para así reconstruir la memoria en un esfuerzo colectivo que busca imaginar de otra manera la comunidad que somos”.

Fueron algunas de las palabras del profesor Pineda, que resonaron durante su intervención titulada “Eco de pisadas en la memoria”, en la cual rememoró la historia de Mnemósine, la diosa de la memoria que según la antigua mitología griega era hija de la unión entre el cielo y la tierra. Mnemósine también era la madre de las musas, de la poesía, la historia, la música, la tragedia y de todo aquello que era garante de belleza. Sin embargo al abordar la memoria en su devenir histórico en occidente y sus guerras, así como en el contexto colombiano, se acudió a la definición del filósofo Nietzsche: “Sólo lo que no cesa de doler permanece en la memoria”. Insistiendo también en las posibilidades de resistencia y re-existencia de los sobrevivientes colombianos que han encontrado una manera de vencer a la muerte permaneciendo en la memoria.

Entre otros ponentes que conversaron con los jóvenes, se contó con la presencia del periodista Álvaro Cardona, quien ha llevado su trabajo audiovisual sobre el conflicto colombiano a distintos lugares del mundo, con una mirada ética y comprometida. Así describió su labor: “Trabajo con las historias de los sobrevivientes el conflicto armado, mal llamados víctimas. Yo reivindico la palabra de estos cuerpos y estas experiencias e insisto en llamarlos sobrevivientes”.

Las jornadas concluyeron el domingo 31 de octubre bajo la organización de la Fundación Comunitaria Huellas de Vida, el Ministerio de Cultura, la Junta de Acción Comunal del Solferino y la Alcaldía de Manizales, entre otras entidades que colaboraron en el desarrollo de cada día lleno de relatos vívidos donde la historia, la música y los encuentros bajo la consigna “tejiendo lazos de solidaridad”, resignificaron los espacios y la memoria del barrio, desdibujando el ambiente de vulnerabilidad y peligrosidad que muchas veces se apodera de lugares como estos. 

 
María Paz Gómez / CENJU